jueves, 1 de agosto de 2013

vivir es ser otro


Vivir es ser otro. Sentir no es posible si hoy se siente como ayer se sintió: sentir hoy lo mismo que ayer no es sentir - es recordar hoy lo que se sintió ayer, ser hoy el cadáver vivo de lo que ayer fue la vida perdida.
Borrar todo el pizarrón, de un día para otro; ser nuevo con cada nueva madrugada, en una virginidad reconquistada y perpetua de la emoción - por esto, y sólo por esto, vale la pena ser o tener lo que imperfectamente somos.
Esta madrugada es la primera del mundo. Este color de rosa que se amarillea y pasa al blanco ardiente, nunca se posó así en el semblante con que, por el oeste, el caserío encara lleno de ojos de vidrio el silencio que viene en la luz creciente. Nunca hubo esta hora, ni esta luz, ni este ser mío. Mañana, lo que fuere, será otra cosa, y lo que yo vea será visto por ojos recompuestos, llenos de una nueva visión.
¡Altos montes de la ciudad! Grandes arquitecturas que las laderas escarpadas sostienen y agrandan, deslizamientos de edificios que se amontonan de tantos modos, que la luz entreteje con sombras y negruras - son ustedes hoy, son ustedes quien soy, porque las veo, son ustedes lo que seré mañana, y las amo como desde la amurada de un barco que pasa junto a otro barco, mientras los pasajeros se llenan de nostalgias desconocidas.

Fragmento 94 de la Autobiografía sin hechos

(las fotos son de mi cosecha)


No hay comentarios:

Publicar un comentario