jueves, 27 de octubre de 2016

un actor se cruza de brazos

 
Pareciera que el estudio técnico de las operaciones del cuerpo nos provee de fórmulas y prohibiciones para actuar bien.
Esta es una ilusión muy fuerte, pero falsa.

Un actor se cruza de brazos, y pone distancia con la situación. Se protege.
Otro actor cruza los brazos, y retiene y acumula en ellos la necesidad creciente de abrirlos que la situación le produce, para ahorcar o acariciar.

Expresivamente hacen "lo mismo", pero en esa divergencia se juega el movimiento o la muerte de la escena.

(un tercer actor adopta la postura de brazos cruzados, se observa a sí mismo siendo observado por otros, y proyecta sobre el público una imagen móvil estilizada de sí mismo.
este tal vez sea el menos implicado de los tres, y el que presenta el mayor peligro artístico: no ya la muerte de la escena, sino su banalización.
)

imagen: Alisa Resnik

martes, 25 de octubre de 2016

El Rati Horror Show - Masacre de Pompeya (Enrique Piñeyro)

"El Rati Horror Show" es una película argentina dirigida por Enrique Piñeyro, [2010].

La película - documental, retrata la historia de Fernando Carrera, un hombre condenado a treinta años de cárcel, de manera deliberada a través de la manipulación de una causa judicial.

domingo, 23 de octubre de 2016

usá tu debilidad - Laurence Olivier

aspirar a la fuerza es una dirección, una necesidad insatisfecha en la cual nuestras propias y verdaderas debilidades se tornan aliadas, puntos de apoyo para actuar

una perla que nos regala Laurence Olivier

sábado, 22 de octubre de 2016

el cuerpo de enseñanza es ante todo el cuerpo de cada persona que enseña


Ser maestro ¿no presupone que sepamos en primer lugar un cierto número de cosas sobre nosotros mismos? Al presentarnos ante un grupo de alumnos, ¿no consentimos, no sólo en que se nos oiga, sino en que se nos vea, en que se nos sienta, incluso en que se nos toque? Lo que presentamos es nuestro cuerpo y todo lo que nuestro cuerpo revela de nuestra vida. Si consideramos que los alumnos son algo más que máquinas para registrar nuestras palabras, nuestro trabajo no puede consistir en otra cosa que en un cuerpo a cuerpo. (¿Por qué persistimos en llamar a la conversación entre dos personas un «cara a cara», en lugar de llamarle un «cuerpo a cuerpo»?). El cuerpo de enseñanza es ante todo el cuerpo de cada persona que enseña, ¿no es cierto? El saber que propone el maestro lo ha obtenido por sí mismo mediante sus reflexiones, pero también, y simultáneamente, mediante la experiencia de su cuerpo. Si el profesor no tiene conciencia de su presencia corporal, los alumnos de hoy en día se mostrarán fácilmente dispuestos a hacerle saber que no están allí simplemente para aprender lo que les cuenta, sino para adquirir lo que él ha madurado en sí mismo, los frutos de su experiencia. El cuerpo de enseñanza ¿no es una especie de árbol del conocimiento? 

Pero ¿qué se puede adquirir de un hombre que quiere ignorar su cuerpo y el de su mujer y, sin la menor duda, el de sus alumnos? Aquel hombre no podía ofrecer a sus alumnos más que palabras..., «ismos» precisamente.
Hay padres que apenas ofrecen algo más a sus hijos. En todo caso, no les ofrecen su cuerpo. Los tocan con la punta de los dedos, no los acarician, no los abrazan nunca, no los besan más que ceremoniosamente y a horas fijas. Cuando les parece que sus hijos no se desarrollan normalmente, se sienten las más de las veces dispuestos a pedir la explicación a toda una panoplia de especialistas, sin sospechar que la única pregunta pertinente tendrían que formulársela a sí mismos.
El cuerpo tiene sus razones

 
 
imágenes: Bárbara de Limburg