Yo soy una intérprete. Pero una intérprete tiene que tener la voluntad de pensar de nuevo aquello que va a hacer. Más allá del original. Yo me siento en esa tarea. Yo siento que puedo... si no consigo extraerle a esa canción una nueva voz, que sé que la tiene, prefiero dejarla ahí dormida hasta que aparezca una idea.
(...)
Yo creo que el estilo, y el modo de cantar, es algo que se va amasando todos los días en cada concierto. Yo no sé cómo voy a cantar mañana en el concierto equis, o cómo canté o cómo voy a cantar las canciones que ya canté o que siguen. Yo sé que en cada caso yo canto distinto; tiene que ver con una especie de impulso interior muy fuerte que me va llevando ya sin pensar nada, hacia un lugar. Y en otro caso, hacia otro lugar. Entonces la música hay un punto en que te captura, y te toma de tal modo que... que no hay nada más que decir.
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