sábado, 19 de septiembre de 2020

cuerpo y palabra (jugar es más estricto que trabajar) - Marco Antonio De La Parra

 


El grado cero del teatro.
El silencio, la oscuridad, el vacío, la inmovilidad.
La sola presencia del CUERPO del actor/actriz impone la acción.
No se mueve y sin embargo ya algo está sucediendo.
Es un milagro durante una décima de segundo.
La luz que recorre su CUERPO escribe la emoción imperante.
Si se mueve, la inquietud puede ser aterradora o dulce o terrible o hermosa.
Si emite un sonido, si sencillamente gime o grita o llora o tararea, la obra ha comenzado.
Si habla construye la segunda celda del ser humano, la PALABRA.
Vivimos en el CUERPO, vivimos en las PALABRAS.
Habitamos nuestro CUERPO, sin CUERPO no estaríamos, sin PALABRA no seríamos.
Soy lo que digo, estoy donde está mi CUERPO.
Sólo puedo hablar desde mi CUERPO y mi PALABRA es siempre una canción, son mis resonadores, mis pulmones, mi diafragma.
Mi CUERPO convierte el impulso de mi cerebro en habla.
Las palabras del actor/actriz, que es un/a cantante, son también su CUERPO.
El movimiento del actor/actriz, que es siempre danza, termina de construir el signo.
Doble celda, CUERPO y PALABRA, doble liberación en el oficio de la actuación.
Liberar el CUERPO de su saturado cúmulo de signos inconscientes es su tarea, limpiar las PALABRAS del ruido cotidiano y limpiar el CUERPO del lenguaje no verbal de su tribu, su casa, su casta, su identidad.
Estamos en el CUERPO, somos la PALABRA.
Sin PALABRAS no somos humanos.
Sin CUERPO no somos ni estamos.
Se hace el amor con el CUERPO pero también con las PALABRAS.
El teatro es el laboratorio de las pasiones, y la pasión es la expresión feroz del alma a través del CUERPO.
El/la actor/actriz es un/a curandero/a, un sanador/a.
Salva almas perdidas.
Debe cuidar intensamente la propia.
Parece divertirse.
Y jugar es más estricto que trabajar.
Se nota cuando trabaja y no juega.
¿Qué aprende el/ actor/actriz de cada función?
Que puede triunfar sobre la muerte.
Que ha venido al mundo a algo.

Marco Antonio De La Parra