Se sentía penetrada, la penetración estaba en tan mínima dosis en su
recorrido que no sentía dolor. El topo seguido de la comadreja, el oso
hormiguero seguido de una larga cadena la recorrían. Buscaban una
salida, mientras sentía que la protuberancia carmesí se iba replegando
en el pozo de su cuerpo. Un día encontró la salida: por una caries se
precipitó la protuberancia. Desde entonces empezó a temblar, tomar agua
—orinar— tomar agua, se convirtió en el terrible ejercicio de sus
noches. Estaba convencida que había sanado. ¿Acaso no había visto ella
misma la protuberancia caer en el suelo y desaparecer como una nube que
nunca se pudo ver? Tuvo que ir de nuevo a ver al negro Tomás. Hubo túnel
y salida, le dijo, ésta la ganó usted. Yo no podía prever que una
caries sería la puerta. Ahora le hace falta no el aceite que quema, sino
el que rodea la mirada. Yo no podía ver a una caries como una puerta,
pero conozco ese aceite de calentura natural que se va apoderando de
usted como un gato convertido en nube. Vaya a ver al negro Alberto, y
él, que ya no baila como diablito, le ofrecerá los colores de sus
recuerdos, las combinaciones que le son necesarias para su sueño. Usted
fue recorrida por animales lentos, de cabeceo milenario. Ahora salga,
siga con sus pasos la lección que le va a dictar su mirada. Tiene que
convertir en cuerda floja todo cuanto pise.
José Lezama Lima - Cangrejos, golondrinas
(extracto)
cuento completo:
http://bibliotecaignoria.blogspot.com/2012/02/jose-lezama-lima-cangrejos-golondrinas.html
la imagen es de Joseph Loughborough:
http://www.boumbang.com/joseph-loughborough
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