a un esbirro
Rostros deben andar por su café, por sus calles de llanto, por el humo de su cigarrillo.
Han de buscarlo voces, perseguirlo por las frías carreteras.
¡Cuántas puertas rompió vestido de hombre!
¿Cómo halló tanta tiniebla para vencer la zumbante nube de ojos fijos?
Un paisaje insomne que hable para él.
Rafael Cadenas, Una isla (1958)
es difícil dormir cuando se es perseguido por tantos fantasmas...
ResponderEliminar¡sin duda!
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