"(...) Pero el silencio verdadero, que es aún más grande y de un acceso más difícil que el silencio material de que nos habla Carlyle, no es uno de esos dioses que pueden abandonar a los hombres. Nos rodea por todas partes, es el fondo de nuestra vida sobrentendida, y cuando uno de nosotros llama temblando a una de las puertas del abismo, es siempre el mismo silencio atento el que abre esa puerta.
También aquí somos todos iguales ante la cosa sin medida; y el silencio
del rey o del esclavo, en presencia de la muerte, del dolor o del amor,
tiene el mismo aspecto, y oculta bajo su manto impenetrable tesoros
idénticos. El secreto de ese silencio, que es el silencio esencial y el
refugio inviolable de nuestras almas, no se perderá jamás, y si el
primer hombre que nació encontrase al último habitante de la tierra,
callarían de la misma manera en los besos, los terrores o las lágrimas;
callarían de la misma manera en todo lo que debe ser oído sin mentiras, y
a pesar de tantos siglos transcurridos, comprenderían al mismo tiempo,
como si hubiesen dormido en la misma cuna, lo que los labios no
aprenderán a decir antes del fin del mundo..."
Maurice Maeterlinck, en La inteligencia de las flores
leer completo en Biblioteca Ignoria:
http://bibliotecaignoria.blogspot.com.ar/2012/05/maurice-maeterlinck-el-silencio.html
obra fotografiada de Nathan Sawaya
ver más: http://www.boumbang.com/nathan-sawaya-lart-de-la-brique/
Maurice Maeterlinck, en La inteligencia de las flores
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