martes, 31 de octubre de 2023

nos hemos entregado a la historia que está siendo contada - Rebecca Solnit

 

algo en este fragmento me habla de la actuación allí donde me interesa y me interpela:
"(...) Esos momentos parecen significar que nos hemos entregado a la historia que está siendo contada y nos dejamos llevar por la línea de esa historia, más que estar intentando contarla nosotras mismas, con nuestras voces pequeñas, discutiendo y rebelándonos contra el destino, la naturaleza, los dioses."

Rebecca Solnit, 'Una guía sobre el arte de perderse'

el grupo como valor - Macarena Trigo

"Lo peor del teatro es que necesitás gente", le hago decir a un personaje, sabiendo que el teatro es uno de los pocos lugares donde las personas me interesan. Hace años entendí que el teatro solo accidentalmente me hizo actriz o directora, pero sin duda, me hizo persona. Mucho de lo poco bueno que soy es gracias al teatro y no me canso de repetirlo. La responsabilidad, el juego, la libertad, las normas que facilitan un quehacer, la posibilidad de romperlas, el respeto por los otros, sus cuerpos e ideas, la reconciliación con mi propia y perturbada anatomía, la escucha, la generosidad, la capacidad de atención, la entrega, la puntualidad, la solidaridad bien ejercida, el valor de la palabra, el descubrimiento de otras formas de hacer, ser y estar... Todo eso vino ahí. Tuve la suerte de mamarlo desde muy chica. Telón de Azúcar, Cruz García, fueron quienes sembraron en mí un profundo entendimiento del grupo como valor. Para trabajar es imprescindible aprender a armar grupos, entender que no hay dos (talleres, elencos, proyectos, laboratorios... ) iguales. Observarlos en conjunto y a cada uno de sus miembros por separado. Dejar que se equivoquen, que confiesen sus miedos, que se rían. Escucharlos. Respirar a sus distintos ritmos. No hay manual, no hay nada que repetir. Es un lugar de exposición y entrega donde la defensa no aplica. Los elementos ajenos al grupo siempre caen. El núcleo prevalece y fortifica. Crece(n). Te hacen crecer. Hay un ida y vuelta constante, una mutua compañía impagable que implica no solo un aprendizaje sino un reconocimiento tácito. Los grupos de trabajo comparten un amor efímero pero intenso, un punto de vista poético, una coordenada espacio temporal única y privilegiada. Eso vincula de una forma insólita y desmedida. Por eso todo esto muchas veces se parece demasiado al amor. En lo bueno y en lo peor. En fin. Gracias a todos mis grupos. Ya se saben.

empezás a estar donde estás - Grotowski

 

Grotowski:
“En el Teatro de las Fuentes, una de las acciones más ordinarias es sólo una manera de caminar en la que, a través de ritmos diferentes (más lentos o más rápidos) de los de la vida habitual, rompe el tipo de caminata que está dirigida hacia un fin. Normalmente, nunca estás allí donde estás porque en tu mente ya estás en el lugar hacia el cual estás yendo, como en el tren visualizando únicamente la próxima estación, pero si cambiás tu ritmo (esto es algo muy difícil de explicar pero puede ser practicado), si por ejemplo adoptás un ritmo extremadamente lento, tan lento que prácticamente estás detenido… entonces al principio puede que te sientas muy irritado, cuestionador, vomitando pensamientos, pero después de unos momentos, si estás realmente atento, algo cambia. Empezás a estar donde estás.”

En estas descripciones se observan los efectos que un cambio en el ritmo (o tempo) puede tener en la conciencia, asociando la experiencia de la conciencia-cotidiana con el ritmo habitual de la caminata.

PERO OJO  estar aquí ahora, a la escucha, no es necesariamente un cámara lenta. Estamos plenamente en un aquí y ahora alerta que escucha y reacciona en el muy veloz movimiento que utilizamos para cruzar una calle por donde circulan muchos autos, por ejemplo.

domingo, 1 de octubre de 2023

EL DELIRIO — EL DIOS OSCURO

 


EL DELIRIO — EL DIOS OSCURO

Brota el delirio al parecer sin límites, no sólo del corazón humano, sino de la vida toda y se aparece todavía con mayor presencia en el despertar de la tierra en primavera, y paradigmáticamente en plantas como la yedra, hermana de la llama, sucesivas madres que Dionysos necesitó para su nacimiento siempre incompleto, inacabable. Y así nos muestra este dios un padecer en d nacimiento mismo, un nacer padeciendo. La madre, Semelé, no dio de sí para acabar de darlo a la luz nacido enteramente. Dios de incompleto nacimiento, del padecer y de la alegría, anuncia el delirio inacabable, la vida que muere para volver de nuevo. Es el dios que nace y d dios que vuelve. Embriaga y no sólo por el jugo de la vid, su símbolo sobre todos, sino ante todo por sí mismo. La comunicación es su don. Y antes de que ese su don se establezca hay que ser poseído por él, esencia que se transfunde en un mínimo de sustancia y aun sin ella, por la danza, por la mímica, de la que nace el teatro; por la representación que no es invención, ni pretende suplir a verdad alguna; por la representación de lo que es y que sólo así se da a conocer, no en conceptos, sino en presencia y figura; en máscara que es historia. Signo del ser que se da en historia. La pasión de la vida que irremediablemente se vierte y se sobrepasa en historia. Y que se embebe sólo en la muerte. El dios que se derrama, que se vierte siempre, aun cuando en los «Ditirambos» se de en palabras. Las palabras de estos sus himnos siguen teniendo grito, llanto y risa al ser expresión incontenible. Expresión que se derrama generosa y avasalladoramente.


María Zambrano, Claros del Bosque

imange: Abel Techer