lunes, 21 de mayo de 2018

una fuerza interior que nada puede destruir - Peter Brook, Gurdjieff


Escuche.
Ahora usted ha encontrado las condiciones en las que el deseo de su corazón puede transfomarse en la realidad de su ser.
Quédese aquí, hasta que adquiera una fuerza interior que nada pueda destruir.
Entonces tendrá que volver a la vida, y allí, constantemente se medirá con fuerzas que le mostrarán su lugar.

Meetings with remarkable men
libro: Gurdjieff
dirección: Peter Brook


Película completa:


domingo, 20 de mayo de 2018

sonidos arcáicos nos persiguieron - Pascal Quignard


Hay en toda música preferida un poco de sonido antiguo agregado a la música misma, una mousiké (en su acepción griega) añadida. Especie de "música intercalada" que descalabra el suelo y se dirige en seguida a los gritos que -sin que nos sea posible nombrarlos- padecimos cuando ni siquiera nos era posible percibir su origen. Sonidos no visuales, que ignoran para siempre la vista, deambulan en nosotros. Sonidos arcaicos nos persiguieron. Aún no veíamos. Aún no respirábamos. Aún no gritábamos. Oíamos.

Pascal Quignard, El odio a la música

imagen: William Ropp

 

jueves, 17 de mayo de 2018

el secreto de la flor de oro - Carl Gustav Jung



Como se indicó ya, lo que me determinó esencialmente a tomar un nuevo camino fue la circunstancia de que me parecía insoluble el problema fundamental del paciente, cuando no se quería violar un lado u otro de su ser. Trabajé constantemente con la convicción temperamental de que no hay, en el fondo, ningún problema insoluble. Y la experiencia me ha dado la razón hasta ahora, pues a menudo vi cómo un hombre sobrepasaba simplemente un problema que hacía zozobrar a otro por completo. Ese “sobrepasar”, como lo llamé previamente, se mostró, bajo una experiencia más amplia, como un aumento del nivel de la conciencia. Algún interés más alto y más amplio entró en la perspectiva y, debido a tal ensanchamiento del horizonte, el problema insoluble perdió su urgencia. No fue resuelto lógicamente en sí mismo, sino que palideció frente a una dirección nueva y más fuerte de la vida. No fue reprimido y hecho inconsciente, sino que meramente apareció bajo otra luz y así fue distinto. Lo que en un nivel más profundo había dado motivo para los conflictos más turbulentos y a una pánica tempestad de afectos, parecía ahora contemplado desde el nivel más elevado de la personalidad como un temporal de valle visto desde la cima de una alta montaña. Con ello la tormenta no es privada de su realidad, pero no se está más en ella sino encima. Pero puesto que, desde el punto de vista anímico, somos al tiempo valle y montaña, parece ilusión improbable el sentirse más allá de lo humano. Por cierto se experimenta el afecto, por cierto se es conmovido y atormentado, pero simultáneamente existe de manera perceptible un estado de conciencia trascendente, un estado de conciencia que impide que sea idéntico con el afecto, un estado de conciencia que toma como objeto al afecto, que puede decir: yo sé que sufro.

Lo que ocurría a ese respecto aquí y allá, a saber, que uno se sobrepasaba a sí mismo partiendo de oscuras posibilidades, me llevó a violentísima experiencia. Yo había aprendido a reconocer, en el interior, que los problemas más grandes y más importantes de la vida son, en el fondo, todos insolubles; deben serlo, pues expresan la polaridad necesaria que es inmanente a todo sistema autorregulativo. Jamás pueden llegar a ser resueltos, sino solamente sobrepasados. Me pregunté, por lo tanto, si esa posibilidad de sobrepasar, o sea de ulterior desarrollo anímico, no era en general lo dado normalmente, y, en consecuencia, lo enfermizo fuera quedar fijado a, o en, un conflicto. Todo hombre debiera realmente poseer, al menos como germen, ese nivel superior, y poder desarrollar esa posibilidad bajo circunstancias favorables. Cuando contemplé la senda de desarrollo de aquellos que, silenciosamente, como de modo inconsciente, se sobrepasan a sí mismos, vi que sus destinos tenían algo en común: lo nuevo se les aproximaba desde fuera o desde dentro surgiendo del oscuro campo de las posibilidades, lo aceptaban y, con ello, crecían en altura. Me pareció ser típico que uno lo tomara de fuera y otro lo tomara de dentro o, más bien, que creciese en uno desde fuera y en otro desde dentro. Jamás fue lo nuevo, sin embargo, una cosa solamente de fuera o solamente de dentro. Si venía de fuera, se hacía intimísima vivencia. Si venía de dentro, se hacía suceso externo. Nunca fue tampoco producido a propósito y por quererlo conscientemente, sino que más bien arribó fluyendo en el correr del tiempo.

Es para mí tan grande la tentación de hacer de todo una meta y un método, que premeditadamente, para no prejuzgar nada, me expreso de modo muy abstracto, pues lo nuevo no ha de ser eso o aquello; de lo contrario se hace de ello una receta, que se puede multiplicar “maquinalmente” y sería de nuevo el “medio correcto” en manos del “hombre erróneo”. Me ha hecho la más profunda impresión de que lo nuevo que el destino guarda, rara vez, o nunca, corresponda a la expectativa consciente y, lo que es aun más notable, contradiga igualmente a los instintos arraigados, tal como los conocemos, y sea sin embargo una expresión extraordinariamente precisa de la personalidad total, una expresión que no se podría en absoluto imaginar más completa.

Y ¿qué hicieron esos hombres para obtener el progreso redentor? Hasta donde puedo yo ver, no hicieron nada (Wu Wei) sino que dejaron suceder, como lo señala el Maestro Lu Dsu, pues la Luz circula según su propia ley si uno no abandona su habitual vocación. El dejar ocurrir, el hacer en el nohacer, el “dejarse” de Meister Eckart, me sirvieron de llave con la que logré abrir la puerta del Camino: Debe poderse dejar suceder psíquicamente. Esto es para nosotros un verdadero arte, del que nada comprende la multitud de la gente por cuanto su conciencia interfiere permanentemente, ayudando, corrigiendo y negando, y, de cualquier manera, no dejando en paz al mero existir del proceso psíquico. La tarea sería pues bastante simple. (¡Si tan sólo la simplicidad no fuera lo más difícil de todo!).

el secreto de la flor de oro - Carl Gustav Jung

imagen: Eugenia Loli 

jueves, 10 de mayo de 2018

CHAMUYO DE LA LOCA - María del Carmen Colombo

si la gila/da
abriese su párpado cosido
tantos años
después diría saquen
los estiletes muchachos/as
desmenucemos
punta al fin
como quien se rasura
la lengua
de papilas vaciar
al gran reptil de los adentros
cólico
tan mudo
muro de contención ella
diría
     ojo
que desnuca se caiga
y caerá de pulpo
la cabeza
sobre un charco de nafta
coletazo

María del Carmen Colombo
BLUES DEL AMASIJO (1985)

viernes, 4 de mayo de 2018

Caceroleo. Gustavo Tabares, 2017. vídeo. 4,35 min.



Más o menos por los años 1982-83 se comenzaron a realizar en Uruguay los "caceroleos" contra la dictadura militar. 
El primero fue multitudinario y duro algunas horas. 
Recuerdo que esa noche yo estaba enfermo, en cama, y no pude salir a la calle. 
Pude arrimarme a la ventana y ver a la gente protestando. 
Mi familia salio a la calle, yo me quede encendiendo y apagando la luz. 
Se me salia el corazón por la boca de la emocion que sentia. 
De ahí en más se caceroleaba bastante seguido, se establecían dias pero también se hacían cuando había alguna cadena televisiva con el discurso del milico de turno. 
En mi barrio se hacían los días miércoles a las 19 horas por 15 minutos , si mal no recuerdo (no sé como era en otros barrios). 
Se continuaron haciendo cuando termino la dictadura, ya en "democracia", en el gobierno de Julio Maria Sanguinetti. 
 Como es lógico, era menos la gente que caceroleaba. 
Los que habian votado a los partidos tradicionales ya no caceroleaban y paulatinamente se fue desinflando la cosa. 
Pasó a ser una accion solo de la gente de izquierda y cada vez era menos la gente que caceroleaba (golpear ollas y hacer mucho ruido como forma de protesta). 
Yo, que había comenzado a cacerolear en el 83, seguí haciendolo todos los miércoles de 19 a 19 y 15 hs. 
Ya a fines del gobierno de Sanguinetti, en el ´89, eran muy pocos los vecinos que caceroleaban. 
En mi zona, quedábamos solo el viejo Duarte y yo. 
Seguí insistiendo hasta que quede caceroleando solo. 
Todos los miércoles a las 19 hs, por unos 15 minutos, salía al balcón a cacerolear. 
Lo hice durante unos cuantos meses. 
Sin saberlo, había comenzado a hacer acciones que ahora entiendo como algún tipo de arte o algo así. 

Gustavo Tabares 2017.

martes, 1 de mayo de 2018

Eppur si mouve - Haggard [ALBUM COMPLETO]





Haggard

Eppur si muove es el tercer álbum de estudio de la banda alemana de metal sinfónico Haggard, publicado el 26 de abril de 2004 en el sello Drakkar Entertainment. Está inspirado en la vida del astrónomo italiano Galileo Galilei, quien según la leyenda mencionó la frase "Eppur si muove" (Y sin embargo se mueve) después de ser condenado por la Inquisición a rechazar su teoría de que la Tierra se mueve alrededor del Sol.