O más aún: en lugar de querer definir al otro ("¿Quién es él?"), me vuelvo hacia mí mismo: "¿Qué es lo que quiero, yo, que quiero conocerte?". ¿Qué sucedería si decidiese definirte como una fuerza y no como una persona? ¿Y si me situase a mí mismo como otra fuerza frente a tu fuerza? Ocurriría esto: mi otro se definiría solamente por el sufrimiento o el placer que me da.
Roland Barthes - "Lo incognoscible"